Un corazón guerrero, es un corazón de león.

El león, un felino de gran tamaño e imponente presencia, pero... ¿que tiene de especial este animal?, quizás no mucho desde el punto de vista natural o a lo que estamos acostumbrados a ver en algún documental un domingo por la tarde, o cualquier dia para los afortunados de tener una conexión a tv cable.

Pero, ¿que es tener un corazón de león?, ¿que es tener un corazón de guerrero?, ¿como pueden ser aplicables estos conceptos en este tiempo, en el que ya no hay guerras (salvo algunas excepciones), lo héroes tan solo son leyendas, y los gladiadores y las glorias de los imperios y reinos de las cuales nos hablaron en las clases de historia ya no serán más?

La vida siempre ha sido una constante lucha para el hombre, quizás una de las luchas mas fuertes a las cuales deban enfrentarse a lo largo de su vida, sin descanso, y las cuales se han mantenido desde siempre, o al menos desde que el hombre ha adoptado la codicia, la envidia y la enemistad dentro de su corazón, quizás los enemigos mas fuertes a los cuales el humano deba enfrentarse.

Muchos aseguran ser fuertes, y creen poder afrontar todo ese tipo de adversidades con tal de conseguir una meta que para muchos puede ser el verdadero sentido de la vida; ser feliz. Pero, ¿siempre podremos vencer las adversidades con nuestras propias fuerzas?, ¿siempre podremos hallar esa fortaleza en un corazón que por naturaleza es débil, sucio y cambiante?

El ser humano es un ser imperfecto, eso ya es sabido, entonces resulta contradictorio decir que siempre podremos vencer toda esa maldad y lo que nos limita por la naturaleza Adánica a la cual fuimos condenados alguna vez. Entonces, no siempre venceremos ante este tipo de luchas, la imperfección trae consigo derrotas, aquello también sigue siendo obvio, pero esto trae consigo otra cuestión que muchos han ignorado, ¿quien nos levantará de esas caídas?, ¿de que sirve levantarse, si volveremos a caer?.
La verdad es que la realidad es bien cruda si creemos depender de nosotros mismos, el luchar por algo en la tierra no tiene un sentido si mas tarde todo ello se perderá, el levantarse resulta ridículo si tienes conciencia en que recorriendo dos pasos mas volverás a caer, y tal vez esa caída sea mas dolorosa que la anterior.

Pero eso se puede cambiar, se puede luchar por algo mas allá de lo que podemos ver, puede haber una oportunidad para volver a levantarse y luchar con mas fuerza.

Hubo alguna vez un hombre que luchó contra la maldad y contra todo lo que un corazón humano traia por limitación; me refiero a Jesús, el hijo de Dios. El fué el ejemplo mas claro de poseer un corazón de guerrero, venció todo lo que lo limitaba, todas las tentaciones puestas por su enemigo satanás, y a pesar de la negación de su carne y su humanidad fué a la cruz sabiendo el tortuoso calvario que le esperaría allí, y murió para que nosotros pudieramos volver a ver cara a cara a nuestro creador, y para que en nuestros corazones también habitara aquello que lo llevo a vencer la maldad.

Tener un corazón de león es vencer, pero vencer para la gloria de su nombre y no para nuestra propia gloria; tener un corazón de león es luchar por el verdadero propósito en nuestras vidas, el propósito de tener una vida junto a él, y expandir el reino y las verdades de su nombre aqui en la tierra; tener un corazón de león es caer y volver a levantarse con las agallas de un gladiador, porque tenemos la convicción de que junto él todo en la vida tiene un porqué y un significado; tener un corazón de león es dejar que el encabece nuestras batallas; tener un corazón de león es morir a nuestra humanidad y a todo aquello que nos limita, para que el viva por nosotros y luche nuestras guerras, porque él es el único que nunca ha perdido una batalla, el guerrero por excelencia, el glorioso león de la tribu de judáh; Jehová nissi, el Dios de los ejércitos.